BUENO ESO FUE AYER, PERO NUNCA ES TARDE.
MARCIANO SÁNCHEZ BAYLE
En el año 1948 la Asamblea Mundial de la Salud proclamó el 7 de abril como el Día Mundial de la Salud. Este día fue escogido como conmemoración por la fundación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y pensando en la necesidad de crear conciencia sobre las enfermedades, la necesidad de hábitos sanos en las personas, y garantizar el acceso universal y equitativo a los recursos sanitarios.
En estos momentos está claro que el problema más urgente que atenta contra la salud de las personas es la guerra: la de Ucrania, Etiopía, Sudán, etc., y muy especialmente el genocidio que se está produciendo en Gaza, donde se ha pasado del asesinato de personas y la destrucción del sistema sanitario a someter a la población a la muerte por hambre. Si no paramos esta terrible situación el objetivo de la salud para todas las personas no podrá cumplirse. Deberíamos intervenir para poner fin a estas situaciones intolerables, así como garantizar un mundo en paz, donde se respeten y protejan los Derechos Humanos de todos.
Debemos garantizar la accesibilidad de la población al sistema sanitario eliminando y/o disminuyendo significativamente las elevadas listas de espera en atención especializada
Asimismo, la otra gran amenaza para la salud mundial es la emergencia climática, ya que pone en riesgo la existencia de la misma para todos los seres vivos y que favorece la aparición de nuevas pandemias como la pasada de la Covid19. Deberíamos ser conscientes de que tal y como alertan los organismos internacionales como la OMS, lo que nos tenemos que plantear no es si habrá nuevas pandemias sino cuándo sucederán y qué características concretas tendrán. Es necesaria una actuación urgente y decidida de todos los Gobiernos Mundiales para frenar esta situación. En este sentido, también es acuciante combatir el negacionismo y terraplanismo, tanto en sus manifestaciones más extremas, como en aquellas que se interponen e intentan obstruir las actuaciones necesarias para prevenir y revertir esta situación. Y además preparar nuestros sistemas sanitarios para que cuando se produzcan estas pandemias podamos darles una respuesta adecuada y eficaz para evitar el colapso de los sistemas sanitarios como ocurrió con la covid19.
Finalmente, si miramos a nuestro país deberíamos tomar medidas para responder a sus importantes problemas. En primer lugar, debería ser universal, igualitario y accesible para toda la población. Por otro lado, tendríamos que mejorar su financiación y garantizar que esta sea finalista para disminuir las desigualdades excesivas. Se debe fomentar una sanidad socio-sanitaria, en la cual se ha de promover el cuidado dentro del entorno de los individuos.
Es fundamental el freno a la privatización sanitaria que es el verdadero cáncer de nuestro sistema sanitario
También se debe potenciar la Atención Primaria, puesto que es la base de nuestro sistema sanitario. Hay que crear equipos multidisciplinares que traten la enfermedad y la forma de enfermar como un conjunto: potenciar los hábitos saludables, las actividades de prevención y la educación sanitaria a la población. Otro factor importante es la accesibilidad a la Atención Primaria, puesto que los horarios rígidos y limitados empujan a la población al hospitalocentrismo, o incluso, en algunos casos, a renunciar a recibir la asistencia necesaria, por limitaciones horarias, laborales, o problemas de movilidad y desplazamiento. En este sentido, pensamos que se debe “acercar” el Hospital a los ciudadanos y ciudadanas: realizando consultas de especialistas en el propio centro de salud, fomentar los equipos de hospitalización en el domicilio, etc. De esta forma se realizaría un acercamiento entre ambos niveles asistenciales, que favorecería el aprendizaje mutuo y fomentaría una asistencia más eficiente.
Tampoco podemos olvidarnos de la asistencia sanitaria en las zonas rurales, donde se deben potenciar los cuidados y la labor de la enfermería, así como garantizar y facilitar la prevención, la educación sanitaria y el autocuidado. También es importante crear unidades móviles capaces de atender las necesidades asistenciales de la población rural, para evitar desplazamientos innecesarios de esta población.
Por fin debemos garantizar la accesibilidad de la población al sistema sanitario eliminando y/o disminuyendo significativamente las elevadas listas de espera en atención especializada, y para ello es fundamental la utilización intensiva de los recursos de la Sanidad Pública y el freno a la privatización sanitaria que es el verdadero cáncer de nuestro sistema sanitario.
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