Es más probable que recordemos las tareas inconclusas que las terminadas.
Cuantas más tareas pendientes tengamos que seguir, más ancho de banda mental utilizaremos.
Al descargar y simplificar tareas, podemos reducir el ancho de banda mental y evitar la sensación de agobio.
¿Te ha pasado que tener demasiadas pestañas abiertas de Chrome atasca tu computadora?
Lo mismo le sucede a tu cerebro.
Las tareas sin terminar siguen “ejecutándose” en segundo plano, lo que afecta el rendimiento.
Se llama efecto Zeigarnik.
Así es como funciona y qué hacer al respecto:
Una breve historia del efecto Zeigarnik
El efecto Zeigarnik lleva el nombre de la Dra. Bluma Zeigarnik. Se inspiró para estudiar este fenómeno de la memoria cuando su profesor, el psicólogo Kurt Lewin, notó que los camareros de los restaurantes recordaban mejor los pedidos no pagados. Sin embargo, una vez que los clientes pagaban, los servidores tenían dificultades para recordar los detalles de los pedidos.
Pero, ¿por qué?
Zeigarnik descubrió que nuestro cerebro está diseñado para recordar mejor las tareas inacabadas que las completadas. Al igual que una lista de tareas pendientes, una vez que terminamos una tarea, nuestro cerebro la tacha de la lista para liberar ancho de banda mental.
Pero esto también significa que, cuantas más tareas sin terminar tengamos ejecutándose en segundo plano, más recursos dedicará nuestro cerebro a realizar un seguimiento de ellas.
Ejemplos del efecto Zeigarnik
El efecto Zeigarnik es la razón por la que los narradores utilizan los cliffhangers. Seguimos leyendo o mirando una serie para descubrir qué sucede a continuación porque nuestro cerebro se ve impulsado a buscar un cierre. Una vez resuelto, podemos olvidar y seguir adelante. Hasta entonces, nos inclinamos con gran atención.
El efecto Zeigarnik es la razón por la que se nos dificultan las “multitareas”. Lo que la mayoría de la gente llama “multitarea” es en realidad lo que los psicólogos llaman “cambio de tareas”. La verdadera multitarea se conoce como procesamiento paralelo, en el que se hacen simultáneamente varias cosas exactamente al mismo tiempo.
La razón por la que la multitarea no es un verdadero procesamiento paralelo es porque cambiamos rápidamente nuestra atención entre diferentes tareas. Por ejemplo, no puedes revisar los correos electrónicos y hacer un trabajo profundo al mismo tiempo: rápidamente cambias entre ponerte al día con algunos correos electrónicos y luego volver a trabajar en tu tarea “principal” del día.
Pero cuando estamos haciendo algo y nos interrumpen, nuestro cerebro mantiene esa “pestaña” abierta, agotando nuestra CPU y perjudicando el rendimiento.
El efecto Zeigarnik es una de las razones por las que los perfeccionistas luchan contra la ansiedad. Se obsesionan con los detalles y tienen expectativas poco realistas. Esto provoca que se vean rodeados de tareas pendientes. El efecto Zeigarnik mantiene sus cerebros atascados, mal enfocados y estresados. Porque no pueden dejar pasar las cosas.
El efecto Zeigarnik es una de las razones por las que nos cuesta conciliar el sueño. Para muchos de nosotros, la hora de dormir es el único momento en el que no estamos rodeados de distracciones. Entonces nuestro cerebro se pone a toda marcha refrescando y resurgiendo todas las pestañas que hemos mantenido abiertas a lo largo del día.
Entonces, ¿qué puedes hacer con el efecto Zeigarnik para evitar que te abrume?
Estrategias para superar el efecto Zeigarnik
Aquí hay dos estrategias simples para ayudar a superar el efecto Zeigarnik:
Olvídate de la lista de quehaceres
Las listas de tareas pendientes son interminables. Como luchar contra una hidra, por cada tarea que completas, dos brotan en su lugar. Porque siempre hay más que puedes hacer.
En su lugar, intenta utilizar lo que yo llamo una “Lista de cosas que mueven la aguja”, que son de una a tres tareas de mayor prioridad para el día o la semana que, si no hicieras nada más que esas tareas, moverían la aguja lo más lejos posible hacia una vida alineada con tus valores.
Al priorizar las pocas tareas que realmente importan, serán más fáciles de recordar, rastrear y completar.
Escribo el mío en una nota adhesiva en mi escritorio porque no caben más que unas pocas cosas en la pequeña hojita. Además, es satisfactorio arrugarla y tirarla una vez que termino.
Date permiso de olvidar
Otra estrategia es construir lo que el autor Tiago Forte llama un “segundo cerebro”, que es un lugar donde puedes guardar información para volver a consultarla más tarde. Un segundo cerebro puede ser un cuaderno físico, un programa como Notion, recordatorios de calendario o cualquier otra cosa que funcione para ti.
Cuantas más tareas e información puedas descargar, menos tendrá que monitorear tu cerebro constantemente.
No se construye un segundo cerebro para recordar.
Lo construyes para poder olvidar.
Consideraciones finales
El efecto Zeigarnik obliga involuntariamente a nuestro cerebro a dedicar más memoria y atención a tareas pendientes, lo que hace que nos sintamos constantemente abrumados.
Entonces, si quieres reducir la sobrecarga del efecto Zeigarnik, minimiza y descarga las tareas pendientes.
De esa manera, podrás dejar de atascar tu cerebro recordando tareas inacabadas y utilizarlo para lo que mejor se le da:
Ser creativo, resolver problemas y comprender ideas complejas.
https://www.psychologytoday.com/ar/blog/por-que-te-abrumas-el-efecto-zeigarnik