La escritura expresiva es una herramienta transformadora para la creación de significado.
Escribir sólo 15 minutos durante tres días consecutivos beneficia la salud.
Escribir desde diversas perspectivas ofrece nuevos conocimientos.
La escritura expresiva no es un acto benigno de relatar los acontecimientos del día, sino una herramienta transformadora para crear significado. Brinda la oportunidad de reescribir las narrativas de nuestras vidas, reposicionándonos como quien está a cargo. Es una invitación a permanecer dentro de lo que el escritor, orador y activista Parker Palmer (2009) denomina la “brecha trágica”, o el espacio que existe entre la realidad y la posibilidad.
¿Qué es la escritura expresiva?
James Pennebaker (1997), psicólogo social y profesor emérito de la Universidad de Texas en Austin, fue pionero en la investigación sobre la escritura expresiva, pidiendo a las personas que escribieran sobre un evento estresante o traumático, parados en la “brecha trágica”, buscando una cuerda de salvación para aventurarse en un espacio y lugar más saludable. Originalmente, Pennebaker y sus colegas reclutaron estudiantes universitarios para el laboratorio y los asignaron al azar para escribir sobre una experiencia preocupante o un tema inofensivo, como una crónica de las actividades de la semana pasada, con el pretexto de reflexionar sobre sus habilidades de gestión del tiempo. Tanto en las condiciones experimentales como en las de control, los participantes escribieron de forma anónima. Inicialmente, los investigadores plantearon la hipótesis de que la revelación personal en la página, haciendo que lo interno sea externo, traería consecuencias positivas para la salud (Pennebaker y Evans, 2014; Pennebaker y Smith, 2016).
Sin embargo, aunque algunas de estas suposiciones anteriores probablemente eran ciertas, el poder real parecía estar en el acto de escribir en sí, no en la divulgación. Aunque algunos participantes del grupo experimental se sintieron peor inmediatamente después de escribir, con el tiempo obtuvieron resultados más saludables que el grupo de control, según lo medido por la frecuencia de visitas al centro de salud para estudiantes. Además, entre el grupo experimental, los estudiantes que habitualmente presentaban trabajos descuidados en clase construyeron elocuentemente narrativas que invitaban a la reflexión, valorando claramente su historia.
Los estudios de seguimiento realizados por una amplia gama de investigadores replicaron los resultados y ampliaron enormemente la población para incluir a veteranos de guerra, trabajadores de la salud, sobrevivientes de cáncer, pacientes con dolor crónico, víctimas de delitos, socorristas, madres primerizas, cuidadores, personas recientemente desempleadas y los encarcelados. Además, la duración del tiempo dedicado a escribir y el número de sesiones de escritura no parecieron alterar significativamente los beneficios para la salud. En todos los estudios, los participantes escribieron entre dos y 15 minutos en sesiones consecutivas que abarcaban solo minutos de diferencia o semanas entre ellas (Baddeley y Pennebaker, 2011; Kartikaningsih et al., 2023; Pennebaker y Smyth, 2016; Procaccia et al., 2021; Sexton et al., 2009; Vieira, 2019).
Curiosamente, los estudios de seguimiento indican que ni siquiera es necesario reflexionar sobre las circunstancias de tu propia vida. Por ejemplo, los participantes que escribieron en respuesta a narrativas que documentaban las difíciles experiencias de vida de otras personas aún mostraron beneficios para la salud (Nazarian y Smyth, 2013). Aunque no se conoce con certeza, una explicación es que la escritura expresiva invita a las personas a perfeccionar su granularidad emocional y sus habilidades de procesamiento, que luego pueden aplicarse a sus propias luchas únicas. Además, leer sobre el dolor de los demás puede disminuir los sentimientos de autoaislamiento a medida que los participantes llegan a ver las dificultades como parte de la condición humana universal.
Intenta la escritura expresiva
Ahora, si te interesa darle una oportunidad a la escritura expresiva, no necesitas ningún equipo especial ni un costoso compromiso de tiempo. Aunque es posible que prefieras escribir a máquina, escribir a mano es el camino a seguir, ya que es un poco más laborioso y hace que el escritor o escritora trabaje a un ritmo más lento que favorece un pensamiento más profundo. La duración y la frecuencia de lo que escribes es una preferencia personal, pero escribir durante 15 minutos durante tres días consecutivos es un punto de partida manejable. Es importante señalar que se han demostrado resultados de salud positivos tanto para quienes escriben sobre el mismo tema cada día consecutivo como para quienes cambian de tema en cada sesión. Además, si bien el simple hecho de contar un evento estresante o traumático probablemente arrojará beneficios positivos, existen otros enfoques más matizados que vale la pena probar.
Por ejemplo, Pennebaker y Smythe (2016) sugieren escribir teniendo en cuenta los pensamientos y sentimientos que rodean el evento, intentando extraer significado de la experiencia en lugar de simplemente hacer una crónica de su desarrollo. Recuerda que, a menudo, la comprensión no surge inmediatamente y se requieren varias iteraciones para obtener claridad. Otra estrategia es escribir sobre el evento desde múltiples perspectivas, comenzando con la primera persona, usando los pronombres yo y nosotros; luego, volver a contar la historia en segunda persona, como si estuvieras contando la historia desde la perspectiva de la persona en el espejo usando el pronombre tú, ustedes; y finalmente experimentar con la tercera persona, adoptando la voz de un externo, utilizando pronombres como ella, él o ellos (Seih et al., 2011).
Otro enfoque, difícil pero gratificante, es escribir en un intento de obtener una lección que puedas llevar adelante, preguntándote: “No lo pedí, no lo merezco ni lo deseo, pero ahora que ha sucedido, ¿qué conocimientos puedo obtener?” Por último, una vez que hayas probado algunas de las estrategias anteriores, aléjate y avanza rápidamente, escribiendo sobre la experiencia estresante o traumática desde el punto de vista de tu mejor y más saludable yo del futuro, proporcionándote una hoja de ruta para esta evolución.
Finalmente, en las sabias palabras de Parker Palmer (2024) en su libro Let Your Life Speak: Listening For The Voice Of Vocation, “Algunos viajes son directos y otros tortuosos; algunos son heroicos y otros temerosos y confusos. Pero cada viaje, emprendido honestamente, tiene la posibilidad de llevarnos hacia el lugar donde nuestra profunda alegría se encuentra con la profunda necesidad del mundo”.
https://www.psychologytoday.com/es/blog/como-escribir-puede-sanar-tu-alma