El estrés daña a los microbios intestinales que pueden retrasar el crecimiento de tumores.
El estrés crónico afecta el microbioma intestinal.
Un microbioma mal equilibrado puede provocar una disfunción inmunológica.
Esa disfunción puede acelerar el crecimiento de tumores en el colon.
“No son los más fuertes de una especie los que sobreviven, ni los más inteligentes, sino los más resilientes y receptivos al cambio”.—Charles Darwin
El estrés continuo de la vida moderna nos rodea como una densa niebla. El estrés parece estar en todas partes, todo el tiempo, a diferencia de los estresores raros y momentáneos de nuestros antepasados cazadores-recolectores. La evolución diseñó nuestra respuesta al estrés para que durara unos minutos mientras huíamos de un tigre. Para bien o para mal, ese tipo de estrés desaparece rápidamente.
El estrés continuo es una enfermedad moderna para la que nuestros cuerpos no están preparados. Puede provocar ansiedad, neurosis y depresión. Puede presentarse en forma de un jefe desagradable, políticos fanfarrones o un cambio climático existencial. Y esos son solo los estresores externos.
También tenemos estresores internos, como la ansiedad, la mala salud y los malos hábitos. La suma de nuestros estresores es opresiva, pero hay una consecuencia aún más sombría: el estrés puede contribuir al cáncer.
Un nuevo estudio realizado por la Dra. Qing Li y sus colegas de la Universidad de Sichuan descubrió que los ratones estresados tenían cantidades reducidas de bacterias Lactobacillus. Se sabe que Lactobacillus amplifica las células inmunitarias que atacan los tumores. Como consecuencia de su pérdida, los tumores de colon se desarrollan más rápido. De esta manera, la Dra. Li descubrió que el estrés puede aumentar las probabilidades de cáncer de colon.
Esto concuerda con un estudio anterior de este año de Yatrik Shah en la Universidad de Michigan, que también descubrió que el estrés reduce el Lactobacillus y mejora el crecimiento del tumor de colon. En ambos estudios, agregar Lactobacillus como suplemento ralentizó la progresión de los tumores.
Ambos estudios se realizaron en ratones; se necesita mucho trabajo antes de que las terapias humanas estén disponibles. Pero existen algunas técnicas conocidas para mejorar el microbioma intestinal, si sigues estas tres pautas, todo irá mejor.
Dieta
No podemos cambiar los factores estresantes externos, pero tenemos un sorprendente grado de control sobre nuestra turbulencia interna. La dieta es un camino fácil hacia la resiliencia al estrés. Cuando alimentas a tus microbios buenos, estos producen sustancias llamadas ácidos grasos de cadena pequeña que nutren y curan las células que recubren el intestino. Eso ayuda a tu intestino a combatir los microbios malos, reduciendo la inflamación. También nutre a las especies de Lactobacillus que estimulan a tu sistema inmunológico a detener el crecimiento de tumores. “Restaurar bacterias beneficiosas en el intestino, como Lactobacillus, podría fortalecer las defensas naturales del cuerpo contra el cáncer colorrectal”, dice el Dr. Li.
¿Qué tipo de alimentos necesitan tus microbios beneficiosos? Fibra. Este es un componente de las plantas que les da rigidez. La fibra generalmente está hecha de largas cadenas de moléculas de azúcar y puedes encontrarla en vegetales como cebollas, frijoles y alcachofas. Una vez más, tu madre tenía razón. Come vegetales.
Los polifenoles también son fundamentales para la salud intestinal y se encuentran en alimentos como los frutos secos, las uvas rojas y el chocolate. También es recomendable comer frutas con fibra y polifenoles, como las fresas, los arándanos y las frambuesas.
La carne no tiene fibra, por lo que, aunque es rica en nutrientes, muy pocos de ellos llegan al colon, donde se encuentra el microbioma. “Más plantas, menos carne” es un buen mantra para controlar el estrés.
Ejercicio
El ejercicio aumenta la producción de endorfinas y te hace sentir mejor. Este cambio de actitud es un buen antídoto contra el estrés. No tiene por qué ser extenuante. Nadar, jugar al tenis o caminar por el bosque pueden hacer maravillas para relajarte. El ejercicio también ayuda a equilibrar los microbios intestinales, manteniendo el revestimiento intestinal resistente a los patógenos inflamatorios.
Si tu único ejercicio de hoy es levantar el control remoto, empieza lentamente. Corres el riesgo de lesionarte si te apresuras y el tiempo de recuperación puede arruinar un buen programa de ejercicios.
Haz algo que disfrutes. Si tienes suerte, lo harás por el resto de tu vida. Bailar, hacer deporte o trabajar en el jardín son excelentes ejercicios que pueden agregar un poco de alegría al sudor. Haz que tus amigos se unan. La camaradería lo hace más divertido y una red de amigos te hace tomarte más en serio la idea de asistir.
Actitud
Hans Selye fue conocido como el padre de la investigación sobre el estrés, y afirmó que “no es el estrés lo que nos mata, sino nuestra reacción ante él”. Eso significa que nuestras actitudes cuentan cuando se trata de lidiar con el estrés.
No debería sorprendernos: el eje intestino-cerebro es una calle de doble sentido, y el cerebro puede afectar a nuestros microbios intestinales de muchas maneras. Los estudios han demostrado que la terapia cognitiva conductual y la meditación pueden mejorar el microbioma.
Tu actitud es simplemente un hábito que has establecido. Tendemos a identificarnos por estos hábitos, pero no deberíamos hacerlo. No somos insectos con objetivos estrechos y un repertorio limitado. Somos criaturas complejas que pueden cambiar en un instante, si queremos.
Esto suena casi absurdo, pero trata de sonreír. Tus amigos y colegas te devolverán la sonrisa. Es contagioso y la presión del mundo entero disminuye ligeramente.
Intenta mantener la calma. La agitación nerviosa no es un marco útil para la resolución de problemas. Todas estas pautas, si se siguen en conjunto, suman. Con una buena alimentación y ejercicio frecuente, es mucho más fácil moderar las emociones y convertir el estrés en un desafío que se puede superar.
Como dice lal Dra. Li: “Cuando a las personas se les diagnostica una enfermedad maligna como el cáncer colorrectal, es natural que experimenten sentimientos de preocupación e inquietud. Sin embargo, estas emociones no son beneficiosas para su condición. Nuestros hallazgos sugieren que los pacientes deben tratar de ajustar su mentalidad tanto como sea posible para evitar una mayor exacerbación de su enfermedad”.
Si mantienes tu intestino en buena forma, tus probabilidades de contraer cáncer de colon se reducen. Esa es una buena recompensa por un poco de ejercicio, una mejor alimentación y unas cuantas sonrisas adicionales.
https://www.psychologytoday.com/es/blog/el-estres-puede-causar-cancer