A la que debieran destituir es a Desireé Lowry. Después de haber tenido unos años de vacas flacas en el reinado de Miss Puerto Rico se le ocurre dejar ir a la reina que más prometía de todas. Dejó ir a su águila; ahora se tendrá que conformar con un año más de pegaderas, porque la primera finalista del concurso de Miss Puerto Rico no se compara ni en belleza ni en nada más a Kristie.
Lo siento, Desireé pero la que se tiene que ir de ahí eres tú.