Hemos visto que Desireé Lowry, quien está a cargo de la organización de Miss Puerto Rico, usa sus gafas de sol. Sabemos que el gato tiene cuatro patas, como ella misma dice pero a veces parece que tuviera una extra. Para analizar la psiquis de Desireé nos dimos a la tarea de investigar por qué los seres humanos usan gafas de sol con el afán de saber qué hay detrás de su lenguaje corporal. ¿Estará ocultando algo la señora Desireé? Encontramos este artículo para reflexionar y ustedes nos dirán qué piensan.
[*]
[size=30]3 efectos psicológicos muy curiosos de usar gafas de solJennifer Delgado
[/size]
COMPARTE
Solemos pensar que la ropa que usamos no es más que ropa y que los accesorios de moda no son más que accesorios pero la realidad es mucho más compleja. La ropa y los accesorios no solo nos definen como personas y son nuestra marca de identidad, sino que también pueden incidir en nuestros comportamientos y estados de ánimo, haciéndonos sentir más cómodos y seguros o, al contrario, haciendo que nos sintamos inseguros y cohibidos. Sin embargo, unas simples gafas de sol pueden ir mucho más allá.
1. Las gafas de sol nos hacen desconfiar
Psicólogos de las universidades de Toronto y Carolina del Norte idearon un experimento muy interesante: reclutaron a un grupo de personas y les pidieron que se involucraran en un juego de matiz económico por ordenador. El truco radicó en que la mitad de ellos debían usar gafas de sol y la otra mitad usaban unas gafas idénticas pero con cristales transparentes que dejaban pasar toda la luz.
Así los investigadores pudieron apreciar que quienes usaban gafas oscuras compartían menos dinero en el juego con un supuesto compañero que se encontraba en otra sala. Y los pocos que compartían el dinero, lo hacían mostrando másdesconfianza. ¿Por qué?
Los investigadores piensan que la oscuridad proporcionada por las gafas de sol genera un falso sentido del anonimato, es como si las personas pensaran que unas gafas les permitirían pasar desapercibidas, ocultarse ante los ojos de los demás. De esta forma, se sienten menos presionadas por las reglas sociales y el código moral por lo que optan por comportamientos que “a cara descubierta”, por usar un símil, quizás no mostrarían.
2. Las gafas de sol nos conducen a mentir
Un experimento muy sugestivo desarrollado por psicólogos de la Universidad de Carolina del Norte y de la Harvard Business School reclutó a un grupo de personas y les dijeron que estaban haciendo un estudio de marketing para evaluar marcas de gafas de sol auténticas y sus copias.
A continuación, les pidieron que realizaran una serie de tareas matemáticas usando las gafas de sol, por cada respuesta correcta les pagarían. Los resultados fueron sorprendentes: el 70% de las personas que creían usar marcas copiadas mintieron para ganar una recompensa mayor, mientras que en el grupo de las personas que creían usar marcas auténticas, solo mintió un 30%. ¿Por qué?
Los investigadores sugieren que la falta de autenticidad de un complemento de moda aparentemente tan intrascendente, como una gafas de sol, puede hacer que la persona que las lleva se sienta menos auténtica y, por lo tanto, menos comprometida con sus valores y más propensa a mentir y actuar de manera deshonesta. En fin, que el hecho de sentirse como un fraude hace que las personas realmente cometan fraudes.
3. Las gafas de sol nos protegen de la ira
Psicólogos de la Universidad de Chieti-Pescara realizaron un estudio aún más curioso: se acercaban a personas que se encontraban paseando por la playa y les pedían que realizaran un test donde se evaluaba su nivel de ira y amargura.
Lo curioso fue que las personas sin gafas que caminaban de frente al sol, mostraban niveles más altos de ira mientras que quienes usaban gafas se mostraban más relajadas. ¿Por qué?
Estos investigadores piensan que la respuesta radica en el hecho de que nuestro estado de ánimo también está determinado por nuestra postura y los movimientos faciales. Por tanto, si caminamos de frente al sol activando los mismos músculos faciales que usamos para expresar la ira, es probable que nuestro cerebro lo perciba como que estamos enfadados. Así, unas gafas de sol nos protegerían de este pequeño desliz cognitivo y actuarían como una sonrisa falsa, que nos ayuda a mejorar el estado de ánimo.